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La peña más dicharachera de toda la ciudad

Noticias berlinesas

La vida en Berlín se ha convertido en una rutina deliciosa. En esta última semana hace calor, pero de este calor del que te apetece estar en la calle, que calienta pero que no sudas, y además hay siempre una brisa que refresca... me paso el día en el balcón, en serio, hago vida en el balcón, ahora que estoy de vacaciones, me levanto a las ocho-nueve, y leo un poco en la cama (ahora duermo en la cama grande, ya que por fin se ha mudado mi compañero de piso y ha venido el bueno, el que aparecía detrás del espejo, y resulta que es majísimo, jugamos al ajedrez, cada día cocina uno, hacemos caja común para comprar, como si fueramos un matrimonio! jajajajaja) pues eso, me encanta la rutina burguesa a la que me he avituado (¡tan pronto!!!!!) pues sí, resulta que me he hecho una rutina de puta madre:
como dije, a las 8-9 me levanto, leo un poco hasta las nueve, en caso de que me haya lenvanto antes de tiempo, y me hago un café del bueno, mientras, intento descubrir dónde está el reloj que pita todos los días a las 9,15 de la mañana. Suena por el rincón de la lavadora, pero no acabo de encontrarlo, lo busco todos los días, pero nada). Después, me voy a la habitación, abro las ventanas de par en par, y me recuesto sobre la almohada y sigo leyendo, mientras me tomo el café. es el mejor comienzo del día que jamás he tenido!!!
cuando mi compañero se ha levantado (lo sé por la radio a todo volumen con música ligera que suena) voy a su habitación, donde esta mi portátil. leo los periódicos españoles, y demás páginas absurdas, y me voy a la terraza, donde me tomo otro cafetito mientras sigo leyendo, o charlando con mi compañero de piso (Jörn), que es un tipo muy majo.
A eso de las 11-12 pienso que debo hacer algo, así que dedico mi existencia matutina a las más absurdas tareas, como pintar un cuadro (tengo ya varios pintados, y tardo no más de una hora en hacerlo. relaja bastante!) o escribir algún que otro email, o yo que sé, pero que se me va la mañana.
Luego a eso del mediodía decido que he de salir un poco, así que me ducho, me pongo guapo (cosa difícil en estos días...)y me cojo la bici y me voy a algún sitio absurdo al que nunca iría de no estar sin nada que hacer, pero elque por alguna extraña razón me parece interesante. Ayer mismo estuve en un parque muy chulo (Treptower park, que está plagado de capullos oyendo música R&B pero que también hay muchas personas normales, y estuve una hora, hasta que me aburrí, y me puse a pedalear como un bestia y llegué al Alexanderplatz sudando como un caballo...

A la tarde, suelo llegar a casa, voy al Lidl y me compro (a veces) un zumo de tomate. Para la tarde, es mejor estar en el patio trasero, donde mis compañeros de casa hacen parrilladas muy a menudo, y converso con ellos mientras babeo porque no me dan nada de comer. A la noche, más o menos cuando anochece, a eso de las 10, media hora arriba media hora abajo, me voy de casa para tomarme algo con algún amigo, y después por la noche, a eso de la 1, me voy a la cama, exhausto después de una dura jornada...

y a las ocho me levanto de nuevo. En serio que esta rutina burguesa y la autosatisfacción que conlleva, por lo menos durante una semana, me está sentando de muerte. Lamentablemente esto dura dos telediarios, y al llegar a Vitoria tocará currar, esta vez sí, como un... pfff.
ni ganas de pensarlo tengo.

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